miércoles, 25 de noviembre de 2015

La peor arma de Estado Islámico: la propaganda

De una oscura burka que cubre a una mujer destacan dos brillantes ojos claros. Las telas oscuras solo permiten la visión de esa parte de la joven que está cubierta hasta los pies y que con sus manos enguantadas arregla la prenda en su cabeza.

Ella podría pasar como una mujer musulmana cualquiera. Pero, en realidad, allí se encuentra una de las dos adolescentes austriacas que escaparon el año pasado de sus hogares en Viena para unirse al llamado Estado Islámico, (EI).

Sabina Kesinovic y Samra Selimovic, de origen bosnio, no superaban los 18 años cuando llegaron a Siria en abril de 2014 y terminaron convirtiéndose en las llamadas "chicas poster" al posar para fotos con sus burkas y haciendo alusiones a las recompensas que están a la espera de quienes se unan a esta supuesta guerra santa.

Un cambio de vida total, si se tiene en cuenta que sus padres escaparon de la guerra chechena para poder tener un mejor futuro en Austria. Así que, la pregunta a este gran problema surge naturalmente: ¿qué causa que dos jóvenes estudiantes terminen uniéndose al temido grupo extremista?

La guerra con el Estado Islámico no se limita a los efectos bélicos. Uno de sus brazos más fuertes radica en la propaganda, gracias a la cual engrosa sus filas con combatientes de diversas nacionalidades y logra propagar el terrorismo con el cual está habituado a conseguir sus objetivos.

Cualquiera podría pensar que sus herramientas están limitadas, pero el hecho de que por internet la información llegue casi a cualquier lugar del mundo ha favorecido en una medida determinante al terrorismo del EI como no lo ha logrado con su par, Al-Qaeda.


El último video de EI que llegó a la red titulado en inglés "No Respite" y que traduce "Sin tregua" hace una provocación directa a los Estados Unidos con una calidad de edición que no se esperaría de estas agrupaciones. Esto lleva a comprender que realmente los tentáculos de esta organización están en comunidades que no se esperarían, y que quienes lo apoyan conocen bien lo que funciona en Occidente.

A diario son revelados videos de combates desde la perspectiva de los miembros del EI. Este contenido visual está ideado de tal forma, que incluso llama la atención por ser similar a como se presentan los populares videojuegos de disparos como Call of Duty o Battlefield.

Casi se podría decir que comparten el grupo objetivo como lo son los jóvenes entre 12 y 28 años.

Por otra parte, la difusión de videos en que las decapitaciones, las lapidaciones y demás actos violentos y de sevicia tienen protagonismo han conseguido éxito al impactar al resto de la población occidental e insertar el miedo y el terror, que se hace realidad con los ataques efectuados por sus integrantes en ciudades europeas, como el del pasado 13 de noviembre en París.

En sí, es el heroísmo de la supuesta lucha por Alá, la promesa del paraíso y de una calidad de vida mejor el mensaje clave para reclutar combatientes de todas partes. El contacto en redes sociales parece dar peso a estas ideas y por eso era que Samra y Sabina eran valiosas para el Estado Islámico, pues representaban el cambio del estilo de vida "pecaminoso" de occidente, a la felicidad de estas costumbres y su fácil aceptación.

Pero esto por sí solo no es suficiente.

La necesidad de que alguien refuerce el mensaje y que termine por convencer a los posibles integrantes de importante. Y esta fue la razón por la que el gobierno austriaco decidió formular cargos contra Ebu Tejma, acusado de ser responsable de la radicalización de éstas y más adolescentes, que hacen parte de los ya 142 jóvenes que han dejado el país para unirse al Estado Islámico.

La lucha de los países debe estar enfocada en no permitir que más jóvenes sean convencidos y manipulados para unirse a estas agrupaciones, por lo que las acciones frente a la propaganda bélica deben ser efectivas y prontas, pues la lentitud y la debilidad en estas respuestas han representado una ventaja para EI.

La propaganda de EI debe ser combatida también, tratada con cautela a la hora de dar información y ejemplarizar con la verdad sobre lo que sucede dentro de las filas de esta organización criminal. No se trata de invisibilizar, sino saber qué se muestra y qué no para no seguir el juego de la propaganda que estos personajes requieren.

Entonces, tanto los medios de comunicación como las páginas y sitios web más populares globalmente deben comprometerse a acciones más eficaces a la hora de permitir la visualización de este tipo de contenido.

El control es difícil, sobre todo en casos de redes sociales, pero el acompañamiento debe hacerse siempre por parte de los gobiernos más amenazados por este fenómeno.

Cientos de jóvenes pertenecientes a las filas del Estado Islámico han contado sus devastadoras experiencias como la esclavitud sexual y matrimonios forzados, entre otros. Recientemente se supo que una de las dos adolescentes austriacas fue golpeada hasta la muerte cuando intentaba escapar para volver a casa.


¿No debería ser eso suficiente para querer evitar que se sigan uniendo a esta organización terrorista?, pues como bien ha afirmado el vocero del Ministerio del Interior austriaco, "una vez que han dejado el país, a pesar de arrepentirse, es casi imposible que vuelvan a casa". 

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